[Traducción: Inglés]
Queridos amigos, esta es la tercera parte del blog de la serie “Aprobado por el Cielo” de nuestro hermano Francesco Pagnotta. Antes de continuar, si no lo ha hecho, lea los mensajes, “¿Dónde buscas aprobación?” y “El pescador de cumplidos“
¡Esperamos que disfrute, aprenda y no se olvide de compartir este post!
El vecino entremetido
Muchas veces encontramos a nuestro alrededor a personas que viven obsesionados por conocer intimidades e ir más allá de los secretos personales de quienes les rodea. En su andar por la vida vemos a los que con el rabo del ojo, realizan un simple vistazo a la pantalla del teléfono de alguien mientras teclea; otros, van más lejos y de manera invasiva van a la habitación de otra persona y revisan sus objetos personales.
Este personaje está obsesionado por conseguir información.
INFORMACIÓN IGUAL A ATENCIÓN
Pero, ¿qué hay de malo en eso? Proverbios 18:15 no dice que “¿un corazón inteligente adquiere conocimiento, y el oído de los sabios busca la ciencia”?
El conocimiento genuino implica un propósito y un mejoramiento de la persona por descubrir conocimientos que lo hacen ascender a una escala superior de sabiduría. Esta información adquirida sirve para enseñar a otros a aplicar principios, o para obtener conocimientos útiles para referencia futura. Sin embargo, existen otros tipos de personas que desean escudriñar información íntima y personal de otros, sin ningún tipo de escrúpulos.
El fisgón entiende que la información es un medio para obtener acceso a ciertos individuos. Cuando se conoce de algo, que se desea saber; el fisgón, al tener todas las cartas en sus manos, cree tener todo el derecho para revisar tal información.
De esta forma, ese individuo piensa tener, cierto equilibrio de poder, por la valiosa información que posee.
Ejemplo:
-Hermano, ¿tú trabajas en la iglesia, no…? Así que sabes mucho, de lo que está pasando detrás de la escena.
-Jajaja, sí. Es bastante grande.
-Entonces, cuéntame… he oído que la semana pasada había un escándalo, que involucra a dos miembros del grupo de jóvenes… ¿sabes algo al respecto?
-Claro que sí, pero no estoy en libertad de decirlo… lo siento amigo.
-¡Vaya hombre! ¡Yo no voy a decir nada a nadie! ¿No somos amigos? ¡Por favor, hombre! ¡Voy a mantener el secreto!
-¿Usted me promete que no le dirá a nadie?
-¡Sí, por favor dime!
-Bueno… Sé que… (Y procede a dar a conocer información confidencial sólo para ganar la aprobación de la otra persona)
-Wow, ¡eso sí es serio! ¡Gracias por decírmelo, eres el mejor! ¡No puedo creer lo que pasó!
Nada que ofrecer
Las personas inseguras, o al menos hablando desde mi experiencia, se sienten como si ellos no tuvieran nada que ofrecer; no se sienten interesantes, ni creen tener ningún valor intrínseco. Así que tratan de llenar el vacío interno con información interesante acerca de otras personas. La mejor información proviene de lo que otras personas han hablado en conversaciones privadas que nadie más conoce. Un buen espía o fisgón recoge todo, incluso hasta las pequeñas cosas, porque tiene hambre de información útil para llenar su repertorio.
El fisgón busca aprobación mediante lo que puede ofrecer. Esa sensación de insuficiencia no es de Dios; pero para muchos, es interpretado como un sentimiento que puede ser bueno y canalizado como humildad.
Dios califica al no calificado, si usted siente que no tiene nada que ofrecer, usted es el recipiente perfecto para dar la gloria a Dios. Si no tiene nada que ofrecer de sí mismo, cuando Dios lo usa, la gente va a reconocer a Dios trabajando a través de usted.
VALOR DENTRO
La forma de combatir a este personaje, es llevándolo al estudio de la Palabra. En ella podrá descubrir que Dios nos ama independientemente de lo que podamos ser. Su aprobación y amor son independientemente de lo hagamos o de lo que seamos; sino del amor y del sacrificio, por nosotros, de Cristo en la cruz.
Nuestro valor, así como nuestro cuerpo, forman parte de la creación de Dios, ¡así que reconozcamos que poseemos un tesoro, en nuestros simples vasos de barro!
¡El Espíritu Santo, nos ha elegido como su lugar de morada!
AYUDA A OTROS
Al meditar en la Palabra y escudriñar las Escrituras, esas palabras van a echar raíces en nuestros corazones y nos amoldarán. Ese es el único y verdadero conocimiento que vale la pena buscar. De por sí, la propia sabiduría de la Palabra nos hace valiosos ante los demás.
Por medio del Señor somos capaces de inspirar, educar y aconsejar a otros… no basados en lo que podamos ofrecer nosotros mismos, sino en lo que Él ha hablado a nosotros.
Dios trabaja a través de su pueblo, todo lo que se espera de nosotros es que seamos recipientes abiertos y moldeables en las manos de Dios.
Pídele al Espíritu Santo la sabiduría que necesitas para construir el Reino. Con la sabiduría llegará la confianza en sí mismo y desaparecerá la baja autoestima.
Estamos llamados a realizar mejores cosas para el Reino de Dios, que poseer una información inútil y una charla ociosa.
Dios desea que nos involucremos en la salvación de almas, en romper ataduras de muchos cristianos para evitar su estancamiento y en las vidas de hermanos en la Iglesia, necesitadas de un avivamiento del Espíritu Santo.
Cuando el conocimiento de Dios se ve reflejado en la vida de nosotros, manifestamos lo que somos en Él. No busque oportunidades para brillar, sino que su rostro refleje con humildad la gloria de Dios. No sufra porque había estado aprendiendo cosas equivocadas, sino recuerde que somos nuevas criaturas en Cristo Jesús y reconozca la voluntad de Dios para su vida.
“El hombre se alegra con la respuesta de su boca; y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es!” (Proverbios 15:23 NVI)
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