A menudo experimentamos situaciones en nuestra vida que desafían nuestra capacidad mental y emocional; porque después de haber estado muchas veces en lo secreto, orando a nuestro Señor Jesús y hablándole de nuestras necesidades, no vemos una respuesta clara de las cosas, a pesar de estar en una estrecha relación con Él; lo cual encontramos a veces algo ilógico, para la mente humana. Según la Biblia, cada vez que el Señor se aparecía a las personas en circunstancias que creaban cierto temor, les decía: “No teman, manténganse firmes”. Y aún después de su resurrección, Jesús se reveló varias veces a sus discípulos, para pedirles que se mantuvieran firmes en la fe y no temieran.
No obstante, nuestro Dios no se cansa de encontrarnos, nunca se cansa de bendecir a sus hijos con Su presencia. En Santiago 4:8 promete:
“Acércate a Dios, y Dios se acercará a ti” (NTV).
Debemos hacer nuestra parte y acercarnos a Él
Muchas veces, nuestro estado emocional afecta el alcance para Dios. Con cada persona que cause consternación o dolor, lo mejor es permanecer buscándole. Debemos darle a Dios la disposición constante a permanecer en nuestros planes, aun cuando estemos confundidos o desesperados. No desprecies los planes de Dios con una respuesta emocional sin fe. Aunque es posible que hayamos estado luchando, sin ver resultados, no debemos perder el rumbo por la forma en que nuestro corazón responde.
Debemos luchar las batallas de nuestra mente y corazón con la ayuda del Señor.
En el Salmo 52 apreciamos cómo el rey David luchó contra todos los ataques del enemigo, orando al Señor, en este Salmo, por la persecución del rey Saúl. Incluso cuando su familia fue secuestrada y su propia gente buscó piedras para matarlo, David alcanzó al Señor y se fortaleció con Su presencia.
No podemos dejar que nuestro corazón se hunda, cada vez que es atacado. Debemos fortalecernos con Su presencia diariamente, leyendo su Palabra y orando. Solo así aumentaremos nuestra capacidad para recibir provisión del cielo. Mientras mantenemos la mente renovada con su Palabra, de forma constante, entonces Él nos bendecirá en medio de cada problema.
El fracaso es a menudo la bondad del Señor para nuestro futuro destino
A veces, cuando necesitamos algo importante que nos falta, no es que nuestro Padre esté en contra de nosotros, sino que Dios bloquea la provisión, porque podría convertirse, en un desvío masivo, del propósito que Él tiene para nuestras vidas.
Un ejemplo de cómo se ve esto en la vida real de cada cristiano, es el siguiente: En [Juan 21:3] Jesús había llamado a sus discípulos para ser pescadores de hombres; sin embargo, Pedro, en su desaliento, después de negar al Señor tres veces, regresó a su antigua vida como pescador. Simón Pedro les dijo a sus amigos: “Voy a salir a pescar”. Sus amigos se unieron a él. Salieron en el bote y esa noche no atraparon nada. Debemos tener cuidado, de a quién arrastramos en nuestro dolor y confusión.
Cuando nuestros corazones nos fallan, es sumamente importante que no invitemos a nuestros amigos a unirse a nosotros en nuestro pecado. Siempre es mejor ir al Señor con nuestro dolor, que arriesgarse a desviar a nuestros amigos a nuestra confusión.
Si Pedro hubiera logrado pescar esa noche, habría regresado a su antigua ocupación, cada vez que su vida se complicara. Pero, el Señor decidió bloquear la provisión de peces esa noche para Pedro; justamente por su bien y para futuros propósitos de Jesús para su vida.
No obstante nada, es decir, no extraer ningún pez, fue una gran amabilidad de parte del Señor para con Pedro. Como Dios le impidió a Pedro, tener éxito en su anterior profesión de pescador, Pedro fue guiado a permanecer en su vocación como discípulo del Señor.
Precisamente por misericordia, el Señor había impedido que Pedro volviera a trabajar por provisión, lo cual es contrario a vivir una vida de provisión sobrenatural por el Todopoderoso.
Dios debe ser quien provea para nosotros
¡Él es nuestra Provisión!
Después de esta fallida hazaña de pesca, Jesús se reveló nuevamente a sus amados amigos. Jesús se paró a la orilla muy temprano en la mañana, esperando a sus discípulos hasta que el día amaneció.
En su temprana aparición, había preparado el desayuno: pan y pescado. Jesús habló primero sobre su falta, su necesidad, Él preguntó: “Hijitos, ¿tenéis algo de comer?” Jesús va directamente a nuestra necesidad clave, explora y conoce de qué carecemos. La necesidad de los discípulos solo fue suplida por el Señor.
La oscuridad de la noche había cegado a los discípulos de ver a Jesús en la orilla. Sin embargo, en la luz del sol, vieron al Cristo que había estado allí todo el tiempo.
En tiempos difíciles, la oscuridad de nuestras mentes puede evitar que veamos al Cristo que está a nuestro lado. Debemos renovar nuestros corazones y nuestras mentes para ver al Señor siempre delante de nosotros. Debemos cambiar el estado mental para ver con claridad.
¿Qué provisión ha bloqueado al Señor en tu vida? ¿Eres capaz de confiar en Dios durante tus desilusiones?
Cuando el miedo entra a nuestra vida, no podemos ver a Aquel que siempre permanece
El Señor nos ordena a todos: “Sé fuerte y valiente. No tengas miedo; no te desanimes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas” [Josué 1:9]
Dios se encargará de todas tus necesidades porque Él es nuestra provisión
Ya sea tu necesidad de un cónyuge, tus avances financieros, tu sanación emocional, tu salud o tu destino; cualquier área que necesite ser restaurada, Jesús la suplirá.
Así como Jesús proveyó para sus discípulos, Él traerá provisión para usted también. Mientras tanto permita que el Camino, la Verdad y la Luz permanezcan en tu mente; aleja tu emocionalismo y elige en su lugar, simplemente confiar y esperar en Él.