Navegación Espiritual : Sigue la Voz!

SM Admin

"Experience the Word of God, in the power of the Spirit."

February 10, 2020

En alguna ocasión has seguido tu GPS, solo para encontrar que te has perdido  en un campo y que estas tarde para llegar al trabajo?. Esto es algo que nos puede provocar a  enloquecer…
 
Generalmente, cuando esto sucede, actualizamos nuestras herramientas y buscamos una App superior como Waze o Google Maps, o le pedimos a un amigo que nos de una dirección mejor.
 
Abraham vivió antes que existieran celulares, mapas o señales de carreteras. Como le hizo Abraham? La semana pasada, escuchamos hablar de cómo Abraham viajó durante toda su vida siguiendo la voz de Dios y como Dios lo dirigió a él con toda su familia.
 
Abraham reubicó a su familia y a su casa cientos y cientos de millas después de oír la Voz De Dios.
 
Dios le decía a Abraham “ Ve a este lugar…Ahora ve a Paran…Ahora ve a Betel…Ve a Egipto… Ahora ve a la tierra de los Filisteos”.
 
Puede imaginar cómo era su vida? Abraham no era el único que se estaba moviendo a todo lugar sino también  su familia que iba con el!. Ellos no tenían un lugar estable, siempre se movilizaban porque Abraham los dirigía según la visión que Dios le mostraba o la palabra que Dios le daba.
 
Seguro que cualquiera que hubiera visto a Abraham se hubiera burlado de él! Lo hubieran llamado loco mientras se movía de Betel a Egipto a Judá y otra vez de regreso a Betel. Casi nunca se establecía.
 
Cuando Abraham encontró a Abimelec, Dios llamó a Abraham un profeta, aunque nunca había profetizado. Un profeta es alguien que puede oír y entender la voz De Dios y dejarse navegar por esa Voz.
 
Aunque Abraham era un profeta porque oía la Voz De Dios, había un grupo de cientos de familias incluyendo la de Abraham, que lo seguían mientras él seguía la voz de Dios por la fe. 
 
Abraham escuchaba el corazón De Dios. Si Dios le decía “ Ve a la izquierda” el iba a la izquierda. Si le decía “ Ve a la derecha” Abraham iba a la derecha. Si La Voz le decía “ Ve derecho” Él obedecía. El se dejaba navegar de acuerdo a la voz de Dios y cientos de personas seguían su dirección. 
 
Abraham no necesitaba dirigir a la gente y a su familia diciendo, “ Hijos De Dios, así dice El Señor” sino que Él seguía los pasos de Dios, conociendo el corazón de Dios, la gente también le seguían  y confiaban en El. Abraham se convirtió en el profeta de aquellos que lo seguían. 
 
Cuando Dios le dijo a Abimelec, este hombre es un profeta, también le advirtió a no meterse con el. Cuando empezamos a oír la voz de Dios y a movernos cuando El se mueve, tus enemigos se convierten en los enemigos de Dios y tus problemas se convierten en los problemas de Dios!.
  
Cuando escuchas la Voz De Dios y la obedeces, aunque una víbora te quiera sorprender con un mordisco, tu estás parado allí porque Dios te lo ordenó y el veneno no te dañará. De hecho, esa víbora que te mordió saldrá muerta! 
 
Si te dejas mas y mas gobernar por la voz de Dios, Él te considerará dondequiera que estés un profeta,  un hijo o una hija que ha aprendido a escuchar la voz de Dios.
 
Dios nos quiere pasar al siguiente nivel, cambiar nuestro entendimiento, cambiar nuestro modo de pensar y la manera que oímos y funcionamos!.
 
Si queremos ser como Abraham que seguía la Voz De Dios, estemos preparados a pagar un precio. La gente se burlará de usted y vendrán problemas. 
 
Abraham caminaba por la Fe!. Con bendiciones o sin bendiciones él caminaba. En medio de guerra o de paz él caminaba. Si su familia lo entendía o no, él caminaba!. Abraham era tan consistente que Dios decía, “ Este hombre no lo sabe, pero él es un profeta!”
 
Queridos amigos, no importa lo que diga la gente. Lo importante es lo que Dios diga de nosotros. 
 
Jesús identificó a los suyos como los que me oyen. (Juan 10:27) “ Mis ovejas oyen mi voz y me siguen”.
 
Dios quiere actualizar a un grupo de personas. El está llamando a personas en nuestra generación a nuevos niveles y dimensiones. El nivel al cual van a ir, depende completamente de cuán  atentos están a la información que Dios ha puesto en su espíritu y de que escuchen y obedezcan su voz.