3 Claves para ser eficaz este año

Shyju Mathew

"Experience the Word of God, in the power of the Spirit."

January 27, 2020

¿Alguna vez has anhelado caminar con Dios, así como lo hicieron Adán y Enoc?

¡La presencia de Dios es infinita!, se camina con Él, sintiéndonos protegidos y seguros; pero justo cuando creemos que lo hemos descubierto totalmente, ¡Dios mostrará algo más, que nos sorprenderá!

Cuando tenga hambre de Dios, demuéstrelo, apasiónese, Él estará al tanto y trabajará en función de su crecimiento; mientras que, si somos pasivos, nos perderemos las cosas preciosas de Dios.

Medite sobre esto:

Jesús tuvo 12 discípulos, ¿cuántos subieron a la montaña? Solo 3 vieron a Jesús transfigurado en la montaña.
¿Qué estaban haciendo los 9 restantes?

De los 12 discípulos, ¿cuántos pusieron sus cabezas sobre su hombro? Solo 1.

¿Cuántas personas vieron ascender a Jesús?, pues más de 500; sin embargo, ¿cuántas había en el aposento alto? Solo 120. ¿Qué sucedió con las otras 380?

¿Deseas ser de los que se quedan?

Jesús declaró, en Juan 2:17: “El celo por tu casa me consumirá”
El deseo de caminar con Dios debería consumirle. ¡Desee ansiosamente la presencia de Dios! Aunque es lamentable cómo muchos se rinden demasiado pronto en la búsqueda del Dios Todopoderoso.

Dios desea darnos tesoros extremadamente preciosos, pero no desea darnos, lo que no valoremos. Por tal razón, nos pone a prueba.

Él se detendrá para comprobar qué tan comprometidos estamos, qué tan apasionados somos y después nos dará en consecuencia.

¡Hay un tesoro esperando por usted, no se rinda antes de recibirlo! Sea merecedor de él.

En el período de prueba, Dios espera ver su firmeza. La Biblia dice: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11: 6).

El hecho de encontrarse con Dios y tener una relación íntima con Él, es un gran tesoro; sin embargo, muchas personas se rinden demasiado rápido; y muy fácilmente, pierden ese tesoro.

Para mantener viva la llama de la búsqueda de Dios, permanezca constante en su celo por Él, así podrá caminar con el Todopoderoso.

He aquí 3 principios poderosos:

1. La eficacia requiere inteligencia: Imagine que alguien va todos los días exactamente a las 4 en punto a la parada del autobús, esperando que llegue el primer ministro. ¡Esa acción puede ser eficaz, pero no inteligente! ¿Qué primer ministro toma un autobús urbano? Será mejor trabajar duro y obtener un puesto al servicio del equipo parlamentario, que perder su tiempo y energía siendo ágiles, pero no sabios.

Estudie la Palabra y encuentre las claves para la búsqueda de Dios. Luego, cuando encuentre la llave, sosténgala durante toda su vida.

2. La eficacia requiere disciplina: Si usted logra mostrarle a Dios lo que está dispuesto a dejar, le diré cuánto va a recibir de Dios. Muestre cuántos amigos está dispuesto a dejar, cuántas cosas de su vida está dispuesto a sacrificar, en cuánto está dispuesto a invertir; y le diré, hasta dónde llegará. ¡Compruebe su corazón para conocer su destino!

3. La eficacia requiere humildad: Dios es galardonador de aquellos que diligentemente lo persiguen con humildad. Un trabajo eficiente sin humildad no es reconocido por el Cielo.

Dios no temerá porque usted esté molesto o disgustado, así que calme la ira y su humildad será recompensada.

Dios merece nuestra mayor alabanza, nuestras ofrendas, que le ofrezcamos nuestras vidas. Si usted viene a la presencia de Dios y se niega a rendirse a Él, entonces sus acciones contradicen su humildad. No permita que sus emociones controlen su relación con Dios. ¡Nuestro Dios merece que nos entreguemos sin limitaciones!

Cuando permanecemos diligentes en la búsqueda de Dios, Él comenzará a usarnos de una manera nunca antes utilizada.

Analícese y pregúntese ¿cuál es su nivel de entrega?, y mídala por lo que esté dispuesto a dejar ir.

Ponga a prueba su eficacia. La eficacia para perseguir a Dios con humildad lo impulsará a su destino.

¡Alcance su destino! ¡El celo por Dios debe consumirle como a Enoc, como a nuestro Señor Jesús! ¡Camine humildemente delante del Padre, todos los días!