Hola estimado lector, del blog GTH, nuestro equipo se siente muy emocionado en poder compartir con usted los pasajes de los Estudios Bíblicos de nuestro profeta, Pastor Shyju Matthew, de nuestra iglesia Emmanuel, en Montreal, Canadá. Durante los próximos 10 días, le enviaremos devocionales cortos, para leer diariamente. Ayer, (Día 2), nos centramos en la importancia de esperar en Dios. Hoy, Día 3 tratará sobre cómo permitir que nuestro anhelo nos invada. Esperamos que le fortalezca y anime. ¡Compártalo con sus amigos!
DÍA 3: NO PERMITA QUE SU ANHELO LE INVADA
Salmo 106:14 dice así: “Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; Y tentaron a Dios en la soledad.”
La Escritura dice que “Ellos se excedieron en sus anhelos salvajes y frenaban a Dios con su insistencia.” (AMP)
Cuando usted llega a cierta madurez espiritual en Dios, puede reconocer fácilmente su propósito; pero cuando su vida está dirigida por deseos carnales y su temor de Dios se ha reducido, está en una situación muy peligrosa.
La madurez en Dios facilita obtener Sus bendiciones.
Cuando usted crezca en madurez espiritual, las personas le recordarán y le buscarán. Por ejemplo, cuando David estaba lejos, en los campos con sus ovejas; el profeta Samuel andaba buscando al próximo rey. Y esperó hasta que le trajeron delante a David. “Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿Son éstos todos tus hijos? Y él respondió: Queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí”. (1 Samuel 16:10)
Cuando usted crece en el conocimiento de Dios, las personas encontrarán su nombre, su teléfono, su dirección. En lugar de pedirle a Dios: “dame, dame” ¿podríamos escoger conocerle mejor? La tendencia “dame, Señor” es de Lucifer, de espíritu desordenado.
El verdadero hijo no va detrás de la herencia del Padre, él se siente seguro y sabe que lo que le corresponde ya es suyo. Por tanto, un verdadero hijo espera crecer para obtener su herencia.
Dios desea que usted espere por Él de forma apacible, y le llegará Su bendición como un imán.
Si el pueblo de Dios creciera en madurez, reyes y príncipes vendrán buscándole. Así como en los días de Daniel, la reina del lugar le mandará a buscar y le dirá: “Necesito su ayuda, aún siendo de la realeza, no tengo lo que se necesita para ayudar a mi rey, por tanto, Daniel ¡Venga y ayude a mi rey!” Lea el libro de Daniel, Capítulo 5.
Si usted crece en Dios, ¡Podrá conducir naciones a la luz!
Oremos: Señor, perdóname por buscar Tu Mano, en lugar de confiar en Tu Corazón. Permítame madurar para conocer mi propósito y obtener mi herencia como Tu hijo.
Mañana, únase a nosotros, estaremos enfocados en el crecimiento interno y en la madurez en Dios.